Un paraíso para el buceo
En el extremo occidental de la costa de Granada, las estribaciones de Sierra Nevada y la Sierra de la Almijara, vienen a descansar al mar formando una impresionante bahía, La Herradura. Una ensenada formada por los brazos de La Punta de la Mona a Levante y Cerro Gordo a Poniente. La orografía montañosa y la suavidad que proporciona el mar Mediterráneo han dado lugar a un micro-clima subtropical. Aquí se cultiva el aguacate, la chirimoya, el mango, la caña de azúcar…
El dibujo que La Punta de la Mona describe al penetrar en el mar hace que La Herradura sea el mejor refugio del Mar de Alborán. Punto estratégico bien conocido desde la Antigüedad por marinos y corsarios, esta tierra fue testigo de uno de los mayores desastres de una Armada Española de todos los tiempos. A mediados del s. XVI, concretamente el 19 de Octubre de 1562, una flota de galeras de Felipe II naufragó en nuestra bahía. De un total de 28 naves, se perdieron 25 y murieron más de 5000 personas.
Fue un hecho de gran trascendencia en la Política Mediterránea de Felipe II y Miguel de Cervantes lo mencionará en su magistral obra, «El Quijote».
Paraje Natural Maro-Cerro Gordo
En el otro extremo, el cabo de poniente, Cerro Gordo. Acantilados de gran desnivel, donde la erosión del mar ha creado una serie de cuevas de enorme belleza y paradisíacas calas, forman el Paraje Natural de Maro-Cerro Gordo. Una franja costera de alto valor ambiental, de naturaleza salvaje y libre de la vorágine inmobiliario-turística.
En el Mar de Alborán, el Mediterráneo se enriquece de corrientes atlánticas y además, el aporte de agua dulce de Sierra Nevada, proporciona una mezcla de gran calidad. Es por ello que La Herradura posee gran riqueza de algunas especies amenazadas o en peligro de extinción como el coral naranja «Astroides calycularis» o el coral candelabro «Dendrophyllia ramea».
La principal característica de nuestros fondos marinos es que aquí la roca «está viva». Nos encontramos con piedras y paredes tapizadas de una gran diversidad de corales, anémonas, espirógrafos, ascidias, esponjas, estrellas de mar… Asociados a estos organismos, multitud de nudibranquios. En La Herradura se han catalogado más de 250 especies diferentes, lo que convierte a este destino en un paraíso de la fotografía submarina.
También es habitual en nuestra bahía el avistamiento de cetáceos. Manadas de delfines comunes y listados y una familia de unos 20 delfines mulares visitan con frecuencia la Punta de la Mona y el Paraje Natural de Maro-Cerro Gordo.
En definitiva, la Herradura es un pequeño paraíso para la práctica del buceo. Sus acantilados nos ofrecen la posibilidad de bucear aunque haya temporal. Siempre tendremos una zona óptima para disfrutar de nuestro deporte favorito.