Los Berengueles

  • Profundidad Máxima: 18 m
  • Dificultad: Baja
  • Corrientes: Nula/leve
  • Titulación mínima: OWD

En la esquina noreste de la playa de Marina del Este, las estribaciones de la montaña penetran en el mar formando unos acantilados de gran belleza. A pocos metros de la playa tenemos ya 5-6 metros de profundidad. Aquí nos encontramos con un roqueo donde nos reciben fredis, doncellas, tordos, vaquetas, gobios, blénidos y pequeños meros y abadejos.

Avanzamos con la pared a la izquierda, rumbo Sur. La interfase piedra-arena está a 7 m de profundidad. Si buscamos con paciencia entre las pequeñas piedras, podemos encontrar lindos chafarrocas, muy apreciados por los fotógrafos submarinos. Siguiendo en la misma dirección alcanzamos rápidamente los 14 m de profundidad. Aquí nos sorprenden grandes piedras de desprendimiento decoradas por multitud de espirógrafos. Se forman oquedades y cavernas donde, a partir de marzo es frecuente encontrar puestas de calamar, y con suerte, ejemplares de estos cefalópodos en pleno cortejo. Un poco más adelante llegamos a la profundidad máxima de esta inmersión, 18 m. Seguimos avanzando con la pared a la izquierda; el rumbo gira al estenordeste y hay dos grandes piedras un poco separadas de la pared. A partir de aquí la profundidad va disminuyendo poco a poco hasta llegar a los 14 m. El fondo de arena da paso a un rico cascajo de alga calcárea con gran número de ceriantus y nacras. Aquí podemos encontrar rubios, golondrinas, urtas y con mucha suerte algún pez de San Pedro. Nos acercamos a la pared y damos la vuelta, avanzando ahora con el perfil a la derecha. Navegamos sobrevolando las grandes piedras. En las grietas y oquedades son frecuentes los pulpos y numerosos y variados los serránidos. También avistamos grupos de mojarras, sargos, y bancos de salemas. La pared está ricamente tapizada de coral naranja, anémonas incrustantes, esponjas, ascidias,… y gran cantidad y variedad de nudibranquios.

Una bonita inmersión, donde podemos avistar, incluso de día, ejemplares del pulpo “Octopus macropus”, vestido de rojo con lunares blancos; y con suerte, algún caballito de mar con su cola enroscada a un espirógrafo.

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