- Profundidad Máxima: 15 m
- Dificultad: Baja
- Corrientes: Nula/Leve
- Titulación mínima: OWD
Bajamos a unos 6 m de profundidad, observando al grupo de obladas que se sitúan bajo el barco. El fondo está formado por una bonita arena blanca y la pared por piedras de desprendimiento. Avanzamos en dirección Sur, con la pared a la izquierda. En la arena podemos encontrar tembladeras, peces rata, golondrinas y ejemplares de anémona dorada con gambitas periclímenes entre sus tentáculos. Se va cogiendo profundidad poco a poco. Encontramos “manchas” de alga parda donde es posible avistar algún caballito de mar. Cuando llegamos a los 13 m, nos encontramos los restos de un viejo pesquero que naufragó aquí hace tiempo. Sólo se conservan las cuadernas y los grandes clavos que fijaban la barandilla a la regala. Éstos se asemejan a unos candelabros y le dan nombre a esta inmersión.
Un poquito más adelante nos encontramos con una seca, una pequeña montaña submarina a 15 m de profundidad, que es la máxima de la inmersión. La seca se eleva casi hasta superficie. Nos sorprende una gran explosión de vida. Bancos de alevines emiten nerviosos destellos plateados huyendo de seriolas, lubinas, abadejos y grupos de dentones. La pared está tapizada de coral naranja y atesora una gran variedad de nudibranquios. A la derecha de la seca, un arrecife artificial anti-arrastrero que se ha convertido en estación de limpieza de peces luna.
También es habitual el encuentro con curiosos peces ballesta. Damos la vuelta y sobrevolamos entre las grandes piedras. Una gran mancha en el azul resulta ser un enorme banco de salemas. Grupos de chuclas y sargos de gran porte. Hay una gran densidad de meros, algunos de buen tamaño. Seguimos avanzando, ahora rumbo Norte, con la pared a la derecha. En las grietas y oquedades, morenas y congrios. Entre las grandes piedras se forman amplias salas recubiertas de coral naranja y habitadas por reyezuelos, borriquetes, corvallos y meros. Terminamos la inmersión a poca profundidad, bajo la atenta mirada de pequeños meros, con las pintas amarillas recién pintadas; fredis, doncellas, castañuelas y un bello paisaje decorado de coral naranja.