- Profundidad Máxima: 26 m
- Dificultad: Media
- Corrientes: Leve/Moderada
- Titulación mínima: AOWD
A unos 200 metros de la playa, en mitad de la ensenada se sitúa una gran seca, una montaña submarina que recibe el nombre de la Piedra de la Higuera. La seca se extiende de Norte a Sur y su profundidad va desde los 15 m en su parte septentrional hasta los 21-22 m en su cara meridional. Uno de los mayores atractivos de esta inmersión es el avistamiento de peces luna, ya que se trata de una gran estación de limpieza de estos primitivos y curiosos peces.
La inmersión comienza descendiendo por la cara norte de la seca, a 15 m de profundidad. La enorme piedra nos recibe con una gran explosión de vida. Bancos de boga, cardúmenes de alevines de sardina y boquerón y nubes de castañuelas. Avanzamos dejando la pared a la izquierda, recorriendo la cara oeste de la montaña. El fondo es de cascajo con bonitos ceriantus y nacras. En la pared, numerosos “anthias” y reyezuelos. Seguimos hasta el borde Sur y nos dejamos caer a la cara este de la montaña, donde alcanzamos la profundidad máxima, 22 m. Aquí el fondo es de arena fina. Se forman muchas grietas y oquedades en la pared, donde avistamos congrios y morenas con gambitas limpiadoras e incluso algún chafarrocas adherido a su piel. Son numerosos los cabrachos, alguno de gran tamaño. También avistamos brótolas, pulpos y algún mero de mediano porte. Hay que destacar el tapiz coralígeno de la seca. Coral naranja, gran variedad de anémonas, esponjas, ascidias, estrellas de mar,… y como no, gran riqueza de microfauna. Entre los nudibranquios es frecuente el avistamiento de “Dondice banyulensis” con sus ceratas que parecen emitir fuego.
Se trata por tanto de una inmersión con numerosos alicientes en la que no hay que perder de vista el azul ya que nos puede ofrecer encuentros fascinantes.