Salvar los Caballitos de Mar significa salvar los Mares
Los caballitos de mar son animales carismáticos y fácilmente reconocibles; lo que hace que sean unas especies maravillosas y emblemáticas para la conservación marina. Viven en algunas de las zonas más sensibles del Océano: aguas poco profundas cerca de la costa, arrecifes coralinos, praderas marinas y manglares.
Los Hippocampus son peces, aunque muy diferentes y hay al menos 40 especies diferentes. Como otros peces, tienen branquias, aletas y vejiga natatoria. Sin embargo, nadan en posición vertical, propulsados por la aleta dorsal.
A pesar de que su fase de dispersión planctónica es muy corta, los Hippocampus se encuentran en aguas tropicales, subtropicales y templadas de todo el planeta. Jóvenes caballitos de mar agarrados por sus colas prensiles a masas de vegetación a la deriva serán seguramente los «culpables» de esta gran dispersión.
Protegidos por una armadura
En vez de escamas, tiene el cuerpo cubierto por una fina capa de piel que recubre una serie de capas óseas. Las uniones de estas placas sobresalen en anillos, protuberancias y espinas, cuya forma puede ayudar a distinguir las diferentes especies. Esta «armadura externa» de los caballitos, define su forma, limita sus movimientos y los protege de sus depredadores. Hoy en día se está investigando la biomecánica de la armadura de los Hippocampus para crear nuevos materiales sintéticos en los que se requiere rigidez, resistencia y flexibilidad.
Aparte de por su extraña forma y su inusual biología, los caballitos de mar son también muy apreciados para fines medicinales, sobre todo en Asia. Se estima que cada año se comercializan entre 15-20 millones de caballitos de mar para satisfacer la demanda de la medicina tradicional china. También se venden ejemplares vivos para los acuarios y muertos (secos) como souvenir.
Los caballitos de mar son iconos carismáticos y embajadores de la conservación marina. La esperanza es que el amor por estos animales sea lo suficientemente fuerte como para motivar a la gente a que haga todo lo posible para asegurar que tanto los Hippocampus como sus hábitats persistan para siempre.
Bibliografía:
– Sara Lourie, Caballitos de Mar . Ediciones Omega
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